EL SILENCIO DEL UNICORNIO
Desnuda la noche es el clarinete del unicornio, despojándole en un segundo de la caricia que le fue robada. del amor que hoy… Le fue entregado Permanece frágil él como único testigo, como miembro muerto Del diamante perdido que eres tú, de la luz del firmamento… que viaja hacia mi Dos almas solitarias somos nos encontramos en una mirada y nos perdemos a la vez, en una sonrisa. Tapándonos de pronto en el mutismo de colores de una rosa callada Uniendo las manos, buscamos en la voz del silencio la paz perdida, que se fue en el último relámpago de los serafines Ante el grito del rio creciente que hoy todo retorna en un giro de miel y placeres que se acentúa con la cercanía de tu piel en mi compañía lo que hago yo, hoy solo la desnuda noche lo sabe y ante el silencio del unicornio lo cuenta a nuestros cuerpos etéreos