Ayer: LAGRIMAS EN LA NOCHE




LAGRIMAS EN LA NOCHE

Daniel:

Esta carta te la he querido mandar tantas veces, pero no he podido, en mis pocos momentos de valor, he querido buscarte, y solo lo he conseguido en mi mente, porque valor me falta para hacerlo de verdad
¿Porque la vida a veces me cuesta verla con alegría y optimismo?

Porque aun estoy marcada por la huella del demonio, que me ha carcomido y estropeado la estima. Aun no puedo borrar la pisada del demonio, que destroza y carcome en cada segundo de mi día… Aun cuando no esta cerca de mi, su amenaza vive sembrada en mi corazón y mis recuerdos; A cada instante, a cada minuto ¡A cada segundo!:

-¡Vete de la casa! Ya no quiero verte….- las injuria venían…- Con una mano amenazante y la mirada que desprendía fuego intentado desquebrajar mi voluntad y mi ser, pero a pesar de todo, y a pesar del miedo intentaba ponerme miedo
-Si me voy será con mi hija
-¡Vete con ella de una vez! Váyanse las dos… Ya no las quiero ver ni a ti ni a ella
Y mi corazón temblaba de tristeza al oír las palabras despectivas hacia mi hija.
Con gran humillación y enojo mi marido, se encolerizaba por cualquier cosa. Me insultaba y decía mil cosas, incluso a su propia hija
Después seguían maltratos físicos… patadas y las humillaciones nunca paraban

Lo peor; no fue una sola vez… fueron muchas

Mi alegría a veces parece que se ha borrado de mi cara, ya no recuerdo lo que es sonreír., solo diré que ya van 5 años que empezó mi infierno, vivo con un hombre que más parece un demonio
¿Soy feliz? Nunca
¿Tranquila? Un poco; cuando no esta en mi casa.

Cuando él estaba junto a mi, solo de recordar algo no le parecía, aunque nada tuviera que ver conmigo... venían los golpes y las ofensas, parecía disfrutar con su violencia… Sus insultos eran hirientes a mi persona, burlándose entre otras cosas de lo más intimo y delicado que tenía… Sus patadas eran recibidas en mis piernas y en mis costillas, mi piel se pintaba de moretones y de raspones, algunas veces mi sangre corrió.

En una navidad la fuerza de su cinturón, golpeó mi rostro y una extensa marca del mismo me acompaño en la cara por varia semanas; Lo que me mantuvo escondida de la vergüenza y la pena por ver mi cara pintada de un morado y rojo intenso ¡por no ser lo suficientemente fuerte como para defenderme!...

Oh mi querido Daniel; Muchos días dure sin poder, ni querer salir, mis únicas compañeras eran las lagrimas y tu recuerdo, recuerdo empañado y triste que me hacia ver mi terrible error al terminar mi relación contigo… hace ya varios años. Lo peor que ni nuestra gran amistad de muchos, muchos años me importó!
Simplemente te dije: “Me voy a otra ciudad a trabajar, lo nuestro terminó”

Las noches desde que estoy con el demonio, son un poco menos que un martirio permanente: Después de ser ultrajada por “sus derechos de esposo” desnuda te recordaba; Desnuda en cuerpo, en sentimientos, en emociones y con el sentimiento marcado por las lagrimas… Un llanto silencioso que te buscaba en el infinito de la oscuridad; olvidada y cansada, triste y marchita… pasaba mis noches de insomnio pensando en tu semblante, tu sonrisa limpia y sincera; en tu cara sensata y tímida; en tu semblante meditabundo, alto y delgado, ¡Tan serio y tan  romántico!....

Recuerdo como pensaba en ti, como te imaginaba y contemplaba; En tus horas… En una historia que de ti componía, mezclando la realidad con la ficción. Mezclando mis sueños con las alegrías pasadas… y UNA HISTORIA DE FANTASÍA y misticismo que solo en mi mente podía existir

Yo era al menos un poco feliz contigo en mi pensamiento. Pero era incapaz de buscarte en la realidad, no tenia la voluntad suficiente para deshacerme de las cadenas que me aprisionaban. Nunca fui lo suficientemente valiente para pedirte ayuda a ti o a nadie más…

Lo que mas me gustaba era estar sola y fantasear contigo…. Buscar la ternura que hace tanto tiempo deje ir. En los recuerdos quería rencontrar el amor oculto que guarda y fantaseaba en ti. Tú eras mi único escapee a la realidad y al infierno que vivía con él; Un infierno silencioso; pues con nadie me atrevía a hablar, simplemente mi madre justifico su primer golpe… y con esa sentencia de ella, fui incapaz de buscar mas ayuda.

En las noches cuando a él lo oía dormir, tranquilo como si nada hubiera pasado. Mientras que yo por el dolor no podía conciliar el sueño… Tocaba mis raspones y moretones producidos por su rabia y sus injurias; él al parecer, cinco minutos después del ataque se le olvidaba todo… y me trataba con su sonrisa cínica como si nada hubiera pasado. A veces yo no sabía que me dolía mas si tu golpiza o tu cinismo de hacer como si nada hubiera pasado

Recuerdo como una vez antes de nacer mi hija, tomé mi maleta y quise huir de su casa, camine y caminé; corrí y corrí lo mas fuerte que pude. Pero él me alcanzó, tomó mi pequeña maleta y la aventó entre los matorrales del lote baldío. Me jaloneo por el brazo y aventó después al suelo, yo aun queriendo correr, y me agarraba de donde podía par aventarme de nuevo al suelo y en medio de palabras y gritos me retuvo con más golpes, más gritos y más humillaciones…

Y de nuevo en su casa, me obligaba a recostarme y ya con miedo aceptaba… alguna otra vez, recuerdo me golpeo y ya en el suelo me arrastro en el piso como si fuera un trapo viejo.

De solo recordar todo hoy me salen las lágrimas, lagrimas amargas y sin el valor de poder encontrar la ayuda necesaria

¿Mi único consuelo cual era? Nada…

Todas las noches las pasaba pensando en ti, imaginándote, recordándote, soñándote y besándote con mi imaginación ¡No sabes las ganas que tenia de estar contigo! Las ganas que tenía de volver a tus brazos, a tu sonrisa, tu cuerpo, ¡A recuperar al menos tu amistad!

Pero estaba tan temerosa. Tenía tanto miedo y tanta vergüenza de hablarte y de volver contigo, te imaginaba conmigo, te imaginaba feliz y abrazándome, sonriendo y diciéndome te amo… y después… haciendo el amor de la manera más maravillosa

Te convertí en mi refugio, en mi recuerdo, en lo único capas de hacerme sonreír… y cuando él abusaba de mi, o cuando él me hacia tener relaciones con él “Voluntariamente a fuerzas” te imaginaba, te soñaba, te quería y te amaba, solo era tu recuerdo el que me hacia soportar todo y sentirme mejor. Cuando su semen se introducía en mis entrañas eran mis lágrimas las que recorrían mi ser………………………………………………………………..

Una vez la golpiza y las patadas de él fueron tremendas, los dolores me duraron días, ya no lo soporte mas y te llamé, con miedo y con vergüenza, con un nudo en la garganta, y con lagrimas que bañaron mi mano pegada al teléfono

Pero tú, no reaccionaste mal, me dijiste no había motivo de pena o de vergüenza… Te comportaste como mi gran amigo, mi gran confidente ¡Como el hombre más maravilloso del mundo!

Esa llamada… duro 20 minutos, te colgué temerosa, diciendo mi saldo se terminaba… pero tú no esperaste mas, de inmediato me llamaste, no te importo tu trabajo, ni que debieras estar laborando ¡No te importo nada! Solo hablar conmigo… Esa segunda llamada duró muchos minutos más que una hora… tu voz me apaciguó, me ayudó, me hizo tranquilizarme, e intercambiando nuestros datos, creí que volveríamos a ser amigos de nuevo…

Pero cual no fue mi sorpresa que a los tres días, un lunes para ser exactos, unos minutos después de salir el demonio rumbo a su trabajo, oí que tocaron el timbre, al abrir la puerta mi sorpresa fue mayúscula al verte, solo, serio, con tu hermosa y penetrante mirada que nunca me cansare de admirar; Estabas mucho mas delgado, tu mirada se veía triste y a la vez desesperada, mi admiración fue mayúscula, no cabía en mi de la incertidumbre, la alegría, la sorpresa ¡Y el miedo!

Al no verme reaccionar te metiste, y con suavidad me ayudaste a cerrar la puerta… Nos miramos fijamente diciéndonos en silencio tantas cosas ¡No había palabras! Ningún sonido podía salir, casi creía escuchar los sonidos de tu pecho, me tomaste de las manos… Tenía unos deseos enormes de abrazarte, de decirte “¡Cuánto te extrañe!”

Pero nada de mi salía, nada podía decirte… tenia ganas de llorar, pero al mismo tiempo tenia tanto miedo de que me vieras derrumbarme… Tú me contemplabas con tus ojos brillantes, cuanto dolor, cuanta ansiedad veía en tu mirada
-¿Como estas?... ¿Estás bien?... ¿Qué tienes?- me preguntas al fin- ¿No te ha hecho mas daño?
Al hablar te notaba tanta tristeza, tanta desesperación y con una furia que intentabas controlar

No podía contestaste, no sabia que decirte, te mirabas tan molesto y desesperado, parecías una pantera encerrado en una jaula, dispuesto a salir, a LLEVARME CONTIGO… Seguía sin poder hablar, era tanta la sorpresa, la alegría, la emoción, la tristeza por verte…

Tus ojos se posaban en mí, tus labios pronunciaban mi nombre, de una manera que me conmovía, sentía que flotaba, quería huir contigo, pero el miedo y mi pequeña hija de casi 2 años salió de su cuarto llorando, tal vez presintió la pesadez y conmoción del ambiente

Yo corrí hacia ella y la abracé, gemí junto con mi pequeña y lloré, lloré amargamente, la felicidad de ella y el miedo que le tenía a él me hacían no buscar mayores salidas. Tú al ver mi llanto, te calmaste y me abrazaste
-Si… estoy bien- al fin te digo
Por fin nos podemos poner a platicar, los minutos se hicieron un par de horas… poco a poco contemplas mi cuerpo y a través de mi short logras vislumbrar en mis piernas, y en mi blanca piel la marca de uno de sus golpes, quieres ir a golpearlo, hablas, gritas, blasfemas contra el, dices que su vida corre peligro… pero yo te detengo,
-¡Por favor no hagas nada! No quiero que te metan a la cárcel, te suplico.

Mis manos se posan en tu pecho, te hablo y te digo una y mil cosas para detenerte… Por fin te calmas, me abrazas y mi llanto se torna en tu pecho, como un mar que sale a calmar su dolor; como un sentimiento que dolorido, busca sanar su alma y verterse en tu piel, para lograr la tan ansiada paz

Por fin nos sentamos en un sofá, tus manos no se separan de las mías y con los ojo nos profesamos todo el amor que somos capaces de sentir el uno por el otro. La rabia ya se escapo hace minutos de ti, mi hija por fin se durmió. Me miras con una infinita dulzura, Tú y yo nos abrazamos como los viejos amigos que somos desde hace tantos años, pero luego nos buscamos como los novios y amantes de hace ya cinco años…

Tu boca busca tímida mis labios y yo sin dudarlo te los doy, hace ya tanto tiempo que no siento amor, tus brazos son el refugio de mi alma, y tus palabras circulan por mi corazón con esa miel que tanto me hacia falta. Esa miel, que hacia mucho tiempo nos dábamos en aquel parque donde tantas promesas de amor nos hicimos; Esa banca que vio la ternura de unos niños y creció con la ternura de los adolescentes hasta hacerse del amor de los universitarios. Como cuando al salir de la escuela me acompañabas y me comprabas un riquísimo helado, que terminábamos comiéndolo entre los dos

Recordamos un amor que nos dimos en aquella tu cama, en aquella tu casa donde por primera vez hicimos el amor, una cama en la que con manos inexpertas descubriste mi cuerpo, y donde yo, por primera vez pude decir un “te amo” y descubrir en tu piel, en la que cada milímetro y a cada segundo sintió las huellas de tu amor….

Y en el presente después de besarnos los labios una y otra vez, diciéndonos mil palabras de amor. Me besaste y acariciaste mi cara, mientras tus manos recorrían mi cuerpo como si fuera una figura de porcelana, poco a poco besaste mi cuello y te detuviste… nos miramos a los ojos y me dijiste
- No puedo… he de respetarte,
-Por favor… quiero sentirme amada…- en mis ojos viste la gran necesidad de tu amor… Los besos siguieron, y tomando tu mano te lleve delicadamente hasta mi cama, una cama que nunca había sentido amor, una cama que siempre había tenido sobre ella mi cuerpo y mis lagrimas, momentos en las que muchas veces fui tomada a la fuerza por ese hombre

Lentamente mi blusa desapareció de mi cuerpo, tu mirada fue su única vestimenta… Mientras tus labios recorrían mi piel suavemente. Tú camisa desapareció, y en dos minutos solo nos cubría nuestra piel desnuda habida de tantos besos, de tanta pasión, y de ¡Tanto amor!

Yo sobre las sabanas y tus manos recorriendo mi cuerpo, nuestros ojos fueron testigos, de tu aumentada delgadez a la última vez que te vi… Y de mi piel que en lugares ya no era blanca, era de un color morado, y otras partes de un color rojizo… De mi piel que en terrenos ya no era lisa, estaba cubierta por costras de sangre que cubrían como serpentinas mi piel

Hubo segundos, momentos de coraje y de rabia; Tú queriéndolo ir a golpear y matar y yo deteniéndote.

De pronto, la pasión se termino, el amor se transformo en rabia y coraje en tu persona… Mientras que la tristeza y desesperación recorrían mi ser… Pero la sensatez nos logro dominar; palabras, otra vez, juramentos de amor… los juramento de “Estarás bien” “Te prometo que te sacare de aquí” Y el TE AMO de nuevo apareció… Tu brazos otra vez me abrazaron y repitiéndome la promesa de “estarás bien, de ya estarás mejor” se repitió… Los abrazos y otra vez palabras reconfortantes

El recuerdo del dolor de estar con el, fue sustituido, por tus grandes dosis de amor, tus palabras tranquilizadoras,

Por fin estábamos los dos en mi cama ¡Como tanta veces soñé! Mis manos deslizándose en tu dermis, acariciando cada milímetro, cada vello que se te erizaba, con mis labios deslizándose en tu cara, con mis labios besando tu barbilla, mientras tu boca me susurraba mil cosas de amor en mis oídos, mientras tus manos se paseaban por mi cintura…

Los minutos fueron pasando, la pasión se adueño de nosotros, tu cuerpo estaba sobre el mio… Por primera vez no me dolía nada ser tocada… Por primera vez quería sentir y sentir
más. ¡Tú querías estar por siempre conmigo!

La pasión llego a la cumbre, al momento máximo, al momento clave, explotamos, nuestros cuerpos sudorosos gritaban de placer… Nuestras voces se ahogaban en los espasmos; El orgasmo llego, nuestro amor triunfó y por primera vez pude terminar oyendo un “Te amo” sobre esa cama que tantos dolores me había dado. Por primera vez era feliz en esa casa que tanto me vio sufrir… por primera vez después de terminar alguien me abrazaba y me decía mil cosas llenas de amor y romanticismo

Por primera vez, podía hablar de futuros y de designios; de sonrisas y de planes futuros, el tiempo camino acompañando nuestra platica llena de un gran amor

El tiempo acompaño a la tarde y me ayudaste a hacer de comer, pocos minutos antes de que él llegara nos despedimos, todo de tu parte fue un “hasta pronto, mañana te busco y haremos planes, buscaremos la manera mas correcta…  Porque definitivamente… te separaras de él”

Te fuiste y por primera vez cerré esa puerta con una gran sonrisa... “mañana hablaríamos a detalle de cómo me separaría de ese demonio con el que vivía”
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 Y ahora yo que estoy componiendo este relato, en parte ficción y en parte realidad (porque muchas personas han sufrido de algún tipo de abuso…) me pregunto ¿En cuantas casas se ha recibido violencia?

Se dice que 7 de cada 10 personas en mi país han recibido una especia de violencia en cualquiera de sus tipos (física, psicológica, emocional, económica Y SEXUAL)

Desgraciadamente ES UNA CRUEL REALIDAD… Tanto adultos como ¡Niños!

Afortunadamente la mujer de este relato, logró salir de esa casa y esperemos que le haya ido muy bien en el resto de su historia. Pero hay muchas personas que no tienen la misma suerte. Estoy hablando de amigos y personas que no conozco. De gente de la vida real y que he conocido por internet… y sobre todo de una amiga que dejó de creer en la alegría de la vida ¿Por qué? Porque quedo traumada e incapaz de sonreír 

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